viernes, 27 de octubre de 2017

Calienta primero


5 consejos sobre su importancia y procedimiento correcto.



Por Henry Hernández
Especial para ChulucanasGym

¿Qué es lo primero que tienes que hacer cuando inicias una sesión de entrenamiento en tu casa, al aire libre o en el gimnasio? Lo primero que tienes que hacer es el calentamiento, también conocido en español como calistenia.

Su finalidad es ir preparando todo tu cuerpo en general y cada grupo muscular en particular para la parte seria del entrenamiento, sea el que hayas elegido: potencia, resistencia o funcional. Si te saltas este paso, el riesgo de que sufras lesiones es alto.

Para que entiendas su importancia, te invito a pensar en un pedazo de plastilina o arcilla en bruto. Si te propones usarla plásticamente para dar la forma deseada, ésta se va romper o no va a moldearse como quisieras. Por eso primero se la trabaja, se la calienta con las manos, de tal forma que cuando comience el moldeado sea más fácil.

Más o menos es el mismo principio con tu cuerpo.

Ahora bien, lo que todo alumno me pregunta cuando comienzo a entrenarlo y le pido que caliente es cómo hacerlo correctamente. No solo se trata de ponerse en movimiento. Aquí te doy cinco consejos que nunca debes olvidar:


1. Estírate correctamente
¿qué te toca entrenar hoy? Pues bien, lo primero que debes recordar es que cuando se trabaja un grupo muscular tienes un músculo agonista y antagonista, es decir uno que realiza la acción y otro que se opone o equilibra tal acción. 
El truco es estirar ambos músculos; así, por ejemplo, si haces sentadilla, estira glúteos e isqueotibiales (los músculos de las nalgas y los que están en la parte posterior del muslo, respectivamente).
Los estiramientos permiten preparar mejor las articulaciones y músculos, de tal manera que no te acalambres en el momento menos esperado. Por eso es que este paso es importante.
Planifica con tu instructor los músculos a estirar, el modo  y el tiempo que se le dedicará a este momento.

2. Ojo con las repeticiones
Esto es clave porque la función del calentamiento es preparar el cuerpo, no hacer todo el esfuerzo de golpe al punto que cuando ya entres a la rutina en serio te hayas quedado sin ganas de continuar. Siempre aconsejo hacer unas dos series de 20 a 25 repeticiones.
Conforme tu cuerpo vaya desarrollando, podemos ir incrementando el número de series o de repeticiones; pero si eres principiante, éso sería lo aconsejable.



3. Conserva tu calor corporal
Mejor dicho, descansa el tiempo justo que te permita reponerte pero que impida que tu músculo se enffríe. Cuando entrenas, el movimiento produce cierto calorcito. Pues bien, la idea es no perderlo. Y ese calorcito se consigue haciendo muchas repeticiones; de ese modo, te activas y entras en la onda.
Ojo que este momento es importante porque aquí es cuando realmente comenzamos a ejercitarnos. entonces, si es crucial, comprenderás que nunca debes pasarlo por alto y hacerlo correctamente.

4. Controla el tiempo de tus descansos
Ni tan breves que te agotes de inmediato ni tan largos que te enfríes y tengas que comenzar de cero a cada momento. Dependiendo de tu grado de avance, el tipo de rutina y el tiempo que le dedicas, los descansos pueden ser de 30, 20 o 15 segundos. Siempre comienza con 30 para irte acondicionándo, incluso si regresas a entrenar después de mucho tiempo (por ejemplo más de tres meses).



5. Enfócate totalmente
Aunque hay colegas que lo olvidan y hay alumnos que piensan es una pérdida de tiempo, la importancia de equilibrar tu mente y tu cuerpo durante una sesión de entrenamiento  es tan crucial que se refleja en los resultados. Yo veo alumnos en el gimnasio que realmente lo consiguen y alumnos que se ríen de ellos a sus espaldas. Y yo me río de quienes se ríen porque no saben lo que hacen.
Enfocarte o concentrarte significa que estés consciente del tiempo presente, del movimiento que haces, de cómo estás respirando, qué reacciones hay en tu cuerpo, y especialmente cómo estás manejando las distracciones.
Antes de mover un solo músculo aprende a tomarte un tiempo para ti, dejar toda tu vida fuera del espacio de entrenamiento, y fijarte en cómo respiras: trata de regular tus inhalaciones y exhalaciones hasta que sucedan con naturalidad, tan profundo que sientas llenar tus pulmones y luego vaciarlos del todo para recibir la próxima bocanada de aire.
Cuando lo consigas, ten a mano todo lo que necesites para entrenar, escucha con cuidado las instrucciones de quien te orienta, haz cada repetición y serie fijándote en lo que haces y cómo lo haces, observando tus descansos, atendiendo al cambio de ejercicio si fuera el caso.
Aprende a visualizarte mentalmente con todo el desarrollo físico que buscas. Lo creas o no, este ejercicio mental favorece positivamente el ejercicio físico porque alista tu cuerpo para sacar el máximo provecho del esfuerzo que haces. Mantén la visualización durante la rutina de fondo y una vez que finalices.
Cuando termine tu sesión, siempre profesa gratitud contigo, con quien te apoya y con lo que te rodea. Verás que cuando retomes tu vida, todo se verá distinto y hasta más fácil.

Como siempre, me dará gusto recibir tus inquietudes aquí o directamente a mi cuenta de Facebook, donde podemos hablar en privado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario