lunes, 16 de noviembre de 2015

Bien soya

ChulucanasGym

Un simple grano con beneficios tan complejos, que hasta se lo mira con recelo; ¿y es verdad lo que dicen de él?

 

Por Equipo ChulucanasGym. Modelo: Tiago Huidobru. Foto adicional por pixabay.com

 

 

Relativamente barata, fácil de digerir y para nada aburrida. Ah, además sabrosa. En un mercado con infinidad de productos que te ofrecen proteínas, la soya o soja en sí misma te aporta los siete aminoácidos esenciales que tu cuerpo necesita para transformarlos en proteínas completas.

Por cada 100 gramos, 40 son proteína pura y el resto se distribuye entre carbohidratos, minerales, vitaminas y agua. Se estima que una taza de soya aporta la misma cantidad protéica que 100 gramos de carne, y para potenciar sus efectos, se recomienda consumirla con trigo, arroz o maíz.

Como toda leguminosa, la soya absorbe nitrógeno (N) de la atmósfera y lo deposita en compuestos que tu cuerpo requiere para construir músculo.

 

Isoflavonas y minerales | Quizás el secreto del éxito de la soya está en la abundancia de isoflavonas, sustancias que mejoran la recepción de estrógenos, especialmente para reforzar y regenerar tejido óseo y conductor de sangre, actuando en fforma similar a los esteroides pero sin sus efectos secundarios.

Aunque la soya no tiene  mucho calcio (Ca), estas isoflavonas permiten que su fijación sea más eficiente que en otros productos, especialmente los de origen animal (como la leche de vaca o los huevos). El calcio de origen animal tiende a perderse más velozmente a través de la orina.

Es sabido que la formación muscular depende de una alta absorción de proteína, una rápida eliminación de grasas y un aprovechamiento óptimo de los carbohidratos, que es función de la insulina. Una de las fuentes de esta hormona está en la leche de vaca; pero al ser ingerida, la eleva de golpe. El extracto de soya (mal llamado ‘leche’ de soya) hace lo mismo pero de forma gradual.

Además del calcio, la soya posee otros oligoelementos: hierro (favorece la oxigenación de la sangre), zinc (regula la presión arterial), regenera los huesos evitando la osteoporosis o pérdida de densidad ósea), potasio (potencia la circulación sanguínea) y yodo.

Específicamente, el zinc (Zn) reduce la fatiga, ayuda a la maduración de órganos y favorece la cicatrización. A esto se agrega que ayuda a metabolizar las proteínas.

El fósforo (P) mantiene huesos y dientes sanos y equilibra el grado de acidez/alcalinidad (pH) de la piel; también, contribuye a la resistencia física y mejora las funciones cerebrales.

No tiene colesterol, por lo que ayuda a controlarlo; incluso previene la obesidad. Por si fuera poco, posee mucha fibra, lo que aligera el tránsito intestinal.

 

El mito de la soya | La soya también es rica en estrógenos, pero estudios niegan que contribuya al desarrollo de caracteres femeninos en el cuerpo masculino, ya que las isoflavonas no tienden a generar este efecto secundario (siempre que la soya sea natural).

Las mismas investigacioness sugieren que la leche de vaca sí tiende a contener estrógenos que influyen en la femenización del cuerpo masculino de los fisicoculturistas; incluso dicen que para que la soya femenice el cuerpo masculino, debería ser consumida en exceso y todos los días, lo que sería simplemente desquiciado, pues tu cuerpo debe recibir de todo un poco pero con calidad.

Y esa es la objeción hecha a los estudios que descartan el consumo de soya para fisicoculturistas: se llegó a saber que los sujetos prueba fueron sobrealimentados exclusivamente con soya, y por eso esos resultados tan controvertidos que alimentaron uno de los tantos mitos de gimnasio.

 

No reduce la testosterona | Otros estudios realizados hace más de cinco años descartaron que la soya disminuya la producción de testosterona. Al contrario, la regula para evitar que su exceso estimule el cáncer de próstata, condición común entre quienes llegan a usar anabólicos esteroides

Y para que te quedes sin testosterona, otra vez necesitarías consumir únicamente soya, lo que es médicamente no recomendable, pues siempre debes balancear tu dieta. Es decir, la soya incorporada como parte de un plan alimenticio variado, aporta, no quita.

Por último, es incorrecto pensar que la soya por sí misma incrementa o quita masa muscular. Lo que en realidad influye es cómo tu organismo está previamente dispuesto a asimilar este y otros alimentos, y, como sabemos, entre organismo y organismo hay dramáticas diferencias. En todo caso, consulta a un endocrinólogo o un nutricionista para que te diga qué te conviene específicamente.